AEInnova ha comenzado la comercialización de una tecnología para uso industrial que permite generar electricidad a partir de una fuente de calor. "Hasta ahora, esta tecnología ha sido utilizada por agencias espaciales como la NASA para alimentar sus sondas y vehículos de espacio profundo", comentó el CEO de AEInnova, David Comellas. "Ahora, desde AEInnova hemos desarrollado esta tecnología en el ámbito industrial con el objetivo de aprovechar el calor residual que se produce en los procesos de la industria", añadió Comellas, quien dirige esta start-up fundada en 2014 por cuatro investigadores del departamento de Microelectrónica de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

La principal aplicación de esta tecnología es en la alimentación de sensores industriales mediante calor residual. “Hemos desarrollado y comercializado los primeros sensores totalmente autoalimentados del mercado”, afirmó Comellas, quien destacó que “eliminan la necesidad de baterías de litio”, algo que “no solo supone un ahorro económico sino que también reduce el impacto ambiental en más de un 90%”. Entre las funcionalidades más destacadas, estos nuevos sensores permiten llevar a cabo un mantenimiento predictivo de máquinas rotativas como bombas o compresores, reduciendo los riesgos de paradas inesperadas y los costos de mantenimiento.

La tecnología desarrollada por AEInnova ha requerido una inversión de 8 millones de euros, el 75% de los cuales han sido aportados por inversores privados. Ahora, AEInnova ha abierto una nueva ronda de financiación para captar 10 millones de euros con el objetivo de “convertirse en líder en el sector de los sensores autónomos”.

Aplicación en la recuperación de calor residual industrial

Otra de las aplicaciones que contempla esta tecnología es “la recuperación de calor residual industrial para la producción de energía limpia y sostenible”, que, según comentó Comellas, permitirá recuperar el calor que se pierde por chimeneas y superficies calientes y reconvertirlo en electricidad para su uso directo o su conexión a la red. “Esta aplicación, que llamamos WHRU (Waste Heat Recovery Unit), la hemos desarrollado y probado en entornos industriales reales, pero todavía no está disponible de forma comercial”, afirmó Comellas, quien anunció que tienen previsto completar su desarrollo industrial en 2025 para comercializarla inicialmente en los mercados europeo, asiático y norteamericano.