• La doctora en Economía del MIT, Mar Reguant, califica de “frustrante” la situación de la transición energética en Cataluña y lamenta que no se haya hecho una apuesta clara por las renovables.
  • Reguant se muestra optimista con los efectos de la batalla de aranceles en el sector energético catalán y europeo, a pesar de la incertidumbre del contexto geopolítico.
  • Los expertos y el sector piden la desburocratización de los proyectos de renovables para desbloquear la situación en Cataluña.

El CEEC y el diario ARA con la colaboración de Estabanell han celebrado esta mañana la 2ª sesión del ciclo Converses ARA-CEEC, dedicada en esta ocasión a abordar el impacto de la transición energética en la economía. La jornada, que ha tenido lugar en el Ateneo Barcelonés, ha contado con la participación de la doctora en Economía del MIT, Mar Reguant, quien en una conversación con la directora del diario ARA, Esther Vera, ha analizado la situación geopolítica actual y sus efectos en el mercado energético catalán y europeo. La sesión también ha contado con la participación de representantes institucionales y empresariales, quienes en un coloquio posterior han podido dar su visión sobre el proceso de descarbonización en Cataluña y su impacto en la industria y la economía productiva.

En la bienvenida institucional, el presidente del CEEC, Joaquim Daura, ha hecho referencia al momento histórico que vive Europa y Cataluña, con paralelismos con las revoluciones industriales anteriores, afirmando que estas “siempre van ligadas a una transición energética”. Daura ha hablado del coste de oportunidad asociado al despliegue de las renovables en el territorio, que, de no acelerarse, ha cifrado en 80.000 millones de euros anuales. “O cambiamos o tenemos la carrera de la competitividad perdida”, ha sentenciado. Por último, Daura también se ha referido al informe Draghi, afirmando que “si no queremos que la industria se deslocalice, debemos descarbonizarla y desarrollar la tecnología en casa para que las inversiones se queden en Europa”.

Tras su intervención, ha comenzado la conversación entre la directora del diario ARA, Esther Vera, y la doctora en Economía del MIT, Mar Reguant, quienes han abordado los efectos que la guerra comercial de Estados Unidos puede tener en la energía europea, especialmente en el sector gasístico, que depende de las importaciones de gas natural estadounidenses. “EE.UU. no se pondrá muy proteccionista con el gas, ya que tienen muchas reservas y quieren vender”, ha comentado Reguant, señalando la incertidumbre sobre si finalmente impondrán aranceles a Europa. Sobre este tema, Reguant ha valorado los movimientos previos de la UE para no verse afectada de forma directa. “La Unión Europea no ha impuesto impuestos al carbono a las industrias europeas que exportan a Estados Unidos”, ha afirmado.

En cuanto a la situación de la transición energética en Cataluña, Reguant ha reconocido que es “frustrante”. “Somos un país innovador, pero no estamos haciendo nada. ¿Cómo es posible que estemos tan atrasados en la transición energética?”, ha expresado Reguant. Aunque ha reconocido las dificultades que supone la densidad territorial de Cataluña, ha lamentado la falta de una apuesta clara por las renovables, como sí se ha hecho en la Península. Reguant ha señalado también los obstáculos burocráticos y administrativos como una de las principales causas de la situación actual, calificándolos de “negligentes” y ha pedido “simplificar el papeleo” y “reducir la incertidumbre en estos procesos”.

Finalmente, la también investigadora de ICREA se ha referido al trilema energético –la necesidad de proporcionar energía segura, limpia y asequible– y el papel que puede tener el almacenamiento. “Con las baterías veo poco trilema. Si tienes energía descarbonizada, será más barata y menos volátil que los mercados de combustibles fósiles”, ha comentado Reguant, pidiendo a las administraciones que replanteen el modelo productivo y pongan en marcha “un programa de acompañamiento para la reconversión industrial”, en referencia a la situación de la industria del automóvil en España.

La jornada ha continuado con un coloquio entre expertos en economía y energía moderado por el redactor de Economía del diario ARA, Xavier Grau. En esta mesa ha participado el director general de Análisis y Prospectiva Económica de la Generalitat de Cataluña, David Lizoain, quien ha asegurado que con el actual contexto geopolítico estamos ante un “nuevo paradigma”. Según Lizoain, “este nuevo mundo” requiere un plan, poniendo como ejemplo el reciente plan de la Comisión Europea, “La brújula de la competitividad europea” o The Competitive Compass for the EU, derivado del informe Draghi, con el que la UE quiere dar respuesta al actual contexto geopolítico y socioeconómico. Para Lizoain, “la administración no debe aportar más volatilidad”, afirmando que “hay que acelerar” la descarbonización, la cual es “una urgencia” para el nuevo Gobierno.

Por su parte, la directora general de Estabanell, Teresa Roig, ha señalado la burocracia como uno de los principales problemas del sector energético. Roig ha puesto como ejemplo el caso de la energética catalana con sede en Granollers, que tiene 20 parques en trámite en Cataluña y ninguno construido. “Con algunos llevamos más de 5 años y eso es muy duro; es una frustración enorme”, ha señalado. Un hecho que el representante de la consejería de Economía ha respondido reafirmando el compromiso del nuevo gobierno con la “simplificación” administrativa para impulsar la descarbonización.

En el coloquio también han participado la presidenta de la Comisión de Economía y Sostenibilidad del Colegio de Economistas de Cataluña, Ana Garcia Molina, y la vicepresidenta de Foment y presidenta de la Comisión de Energía, Virginia Guinda, quienes junto con el resto de participantes han coincidido en señalar el desajuste entre el ritmo de la administración y el de la empresa privada en este proceso de descarbonización. Garcia ha constatado la percepción general de las “diferentes velocidades” entre ambos ámbitos, mientras que Guinda ha mostrado su preocupación por la competitividad y el hecho de que el PIB industrial esté bajando. En el caso de Cataluña, con un tejido empresarial formado principalmente por PYMES, Guinda cree que la solución podría ser “incentivar la fusión de empresas, añadiendo incentivos fiscales”.