En solo cinco segundos, la Península Ibérica sufrió una pérdida repentina de 15 GW de generación, equivalente al 60% de la demanda eléctrica del Estado, lo que provocó un corte en el suministro eléctrico sin precedentes. A la espera de esclarecer las causas exactas que provocaron la caída a cero del sistema, ayer el director de servicios para la operación de Red Eléctrica de España, Eduardo Prieto, ya apuntó a "dos pérdidas de generación en el suroeste de España" como uno de los detonantes. El problema, según Red Eléctrica Española, se originó por una caída inesperada en la generación eléctrica, es decir, una parte importante de la producción prevista no llegó a generarse. Pero, ¿cómo es posible que estas pérdidas provocaran la caída de todo el sistema en solo cinco segundos?

"Este tipo de incidentes son la suma de la cantidad de potencia perdida y la velocidad con la que ocurren", explica el director de Innovación de Estabanell, Ramon Gallart. "Para entenderlo mejor, podemos imaginar que la red eléctrica funciona como una balanza constantemente equilibrada entre la producción y el consumo de energía. Cualquier desajuste repentino entre estos dos factores puede generar problemas, como oscilaciones de frecuencia que pueden acabar en un apagón. En este caso, lo que ocurrió es que falló una parte de la generación, no se conocen los motivos técnicos, pero no hubo suficiente capacidad de respuesta inmediata para compensarlo", comenta Gallart.

Este desequilibrio entre la oferta y la demanda provocó la desconexión del sistema como medida de protección. “Si un generador se desconecta de manera inesperada, o si un error en la red puede causar problemas, estos sistemas desconectan automáticamente la parte que está fallando. Esto ayuda a mantener la estabilidad del sistema y evitar que un problema se vuelva mayor”, explica Gallart, quien añade que “esto pone de manifiesto la importancia de tener mecanismos de seguridad y sistemas de reserva que puedan reaccionar con rapidez ante imprevistos como este.”

La baja inercia de las renovables para gestionar los desequilibrios

Algunos expertos también han puesto el foco en la importancia del concepto de inercia aplicado a la energía para entender lo que pasó. “El principio de inercia, en física, aplicado al contexto de la energía, hace referencia a la capacidad de un sistema energético para mantener un suministro estable a pesar de fluctuaciones en la demanda u otros desequilibrios”, comenta Gallart. El también vicepresidente de la Asociación Europea de Empresas y Organizaciones de Distribución de Energía explica que las fuentes de energía renovable, como la eólica y la solar, no disponen de inercia y dependen de condiciones naturales que pueden ser variables y difíciles de prever, como el viento o la radiación solar. Esto hace que su suministro quizás no pueda equilibrarse tan rápidamente con la demanda en ciertos momentos. Las fuentes tradicionales, en cambio, pueden regularse más fácilmente.

Con todo, Gallart comenta que con el avance de las tecnologías, especialmente en almacenamiento de energía (como las baterías de gran capacidad), las renovables pueden superar estos desajustes. Los sistemas de gestión inteligente de la red eléctrica (smart grids) también están mejorando la capacidad de coordinar la generación y el consumo, gestionando mejor los desequilibrios entre la oferta y la demanda de energía.

El informe de Redeia que alertaba del riesgo de desconexión por el aumento de las renovables

En las últimas horas, ha trascendido un informe de hace dos meses, en el que el operador del sistema, Red Eléctrica Española (Redeia) alertaba del riesgo de desconexiones severas por el aumento de las renovables. Por un lado, Redeia advertía sobre el incremento de la producción renovable, con pequeñas instalaciones, las cuales tienen menos capacidad de adaptación ante perturbaciones, y por otro lado, del cierre de centrales de generación convencional —carbón, ciclos combinados (centrales de gas) y nuclear— hecho que implicaría una menor fortaleza del sistema ante saltos imprevistos.

Para Gallart, experto del sector eléctrico, “el problema no es que haya mucha producción de autoconsumo, sino que el sistema centralizado a menudo no sabe cuánta energía realmente se está generando ni cómo está cambiando ese patrón a lo largo del día, lo que puede provocar desequilibrios repentinos en la red.” Gallart pone como ejemplo un caso hipotético en que los sistemas de generación solar dejan de producir de golpe porque pasan nubes o porque baja la radiación solar en una zona con alta concentración de autoconsumo, momento en el que la red podría verse obligada a activar reservas de generación rápidamente. “En ese caso, si no se dispone de ese margen de maniobra, pueden aparecer problemas de tensión o incluso desconexiones”, afirma.

Por este motivo, una de las lecciones que extrae el director de Innovación de Estabanell es que es necesario “digitalizar y modernizar la red, incorporar sistemas inteligentes de gestión, integrar almacenamiento como baterías y fomentar una mejor comunicación entre las instalaciones de autoconsumo y el sistema general para garantizar que la transición energética hacia un modelo más limpio y descentralizado se haga con seguridad y fiabilidad.”

La mejora de las interconexiones con el exterior

Otra de las soluciones para garantizar una mayor estabilidad del sistema eléctrico español, según los expertos, es que “hay que apostar decididamente por la mejora de las interconexiones eléctricas con Francia y Marruecos.” Actualmente, la capacidad de interconexión con Francia representa solo un 5% de la capacidad instalada en el Estado, una cifra alejada del 10% que recomienda la Unión Europea para asegurar un mercado eléctrico eficiente y resiliente.

Según Gallart, esta es una “estrategia clave” ya que “significa tener más capacidad para importar energía cuando el sistema lo requiere, pero también para exportarla cuando tenemos excedentes —especialmente en momentos de máxima producción renovable.” Esto, según el director de Innovación de Estabanell, “es una forma inteligente de convertir la variabilidad de las renovables en una oportunidad, ya que favorece la integración de las energías verdes, evita desperdicios y reduce la dependencia de los combustibles fósiles.”

La sombra de sospecha sobre las renovables

El apagón eléctrico y las hipótesis que hay sobre la mesa como posibles causas plantean interrogantes sobre las renovables respecto a su integración en la red y el riesgo que puedan representar para su seguridad. Según Gallart, “es cierto que las fuentes como la solar o la eólica son variables y dependientes de factores naturales, pero esta característica no las convierte en un problema. El verdadero reto está en la manera en que se integra esta generación dentro de la red, y ahí es donde la tecnología juega un papel fundamental.” Por ello, apunta el director de Innovación de Estabanell, la clave es seguir desplegando las renovables en paralelo a las herramientas que permitan una integración segura y eficiente.

En este sentido, los expertos también piden no cuestionar el desarrollo de las energías renovables y la electrificación de la demanda. “Es incomprensible que situaciones como esta puedan generar cierta desconfianza en parte de la ciudadanía o del tejido productivo. Pero atribuir estos episodios a la expansión de las renovables es un error de diagnóstico que puede frenar injustamente una transición necesaria”, comenta Gallart. Lo que vivimos el lunes, continúa, debe servir como catalizador para identificar dónde hay que reforzar el sistema y avanzar con más determinación hacia un modelo energético más moderno, digitalizado, limpio y resiliente. La tecnología fotovoltaica es una tecnología madura y cumple con todos los requisitos que ha exigido en todo momento el operador del sistema eléctrico.