PEUSA celebra este año su centenario consolidada como una empresa referente en servicios energéticos en el Pirineo catalán. En esta entrevista concedida al CEEC, su CEO, Marcel Dorna, repasa el estrecho vínculo de la empresa con el territorio, desde sus inicios como una cooperativa pionera en el suministro de energía a través de centrales hidroeléctricas. Dorna también analiza el presente y habla del camino hacia convertirse en una empresa energética 360º, centrada en la generación, distribución, comercialización y ahora también en la instalación, ámbito liderado por la nueva área de servicios que la compañía está impulsando.

Este año celebráis el centenario de la entidad, un momento histórico para hacer balance. ¿Qué valoración hacéis mirando atrás?

La celebración del centenario de PEUSA es para nosotros un orgullo y, al mismo tiempo, supone el reto de continuar sirviendo a nuestros clientes con el mismo nivel de calidad y compromiso con el que se ha trabajado durante todo este tiempo. Nos consideramos herederos de la iniciativa de un grupo de personas de la Seu d’Urgell, que en 1925 constituyeron la cooperativa original de la actual compañía, con el objetivo de facilitar el suministro eléctrico a sus conciudadanos de forma justa y fiable. Este espíritu inicial, basado en una vocación de servicio responsable, es el valor central que siempre ha impulsado la actividad de PEUSA.

A lo largo del tiempo, se han realizado inversiones en generación renovable e infraestructuras de distribución eléctrica, que actualmente nos permiten ofrecer un suministro de calidad basado en tecnologías limpias y ambientalmente sostenibles. Creemos que nuestros criterios de inversión y gestión coinciden con el objetivo actual de transición ecológica y energética, en la que queremos ser una parte activa dentro del ámbito que nos corresponde.

Los inicios estuvieron marcados por el papel de la generación a partir de centrales hidroeléctricas. ¿Qué importancia tienen ahora en el volumen de negocio de la entidad?

Como en todos los casos de electrificación inicial del territorio, el origen de la actividad de PEUSA proviene de la energía producida por centrales hidroeléctricas. En nuestro caso, los inicios se dieron con las centrales construidas a finales del siglo XIX, en torno a la Seu d’Urgell.

Actualmente, la compañía dispone de tres centrales hidroeléctricas situadas en el río Valira, que producen aproximadamente el 60% de la energía que el grupo comercializa. El hecho de que estas centrales estén ubicadas en la misma zona donde PEUSA lleva a cabo las actividades de distribución y comercialización de energía eléctrica nos permite afirmar, de manera general, que la mayor parte de la energía que suministra PEUSA es renovable y de proximidad.

Más allá del valor conceptual de sostenibilidad, si hablamos del valor de las centrales en el volumen de negocio de la compañía, consideramos estos activos fundamentales, ya que permiten equilibrar la gestión de las actividades de generación y comercialización eléctrica.

Siguiendo en el ámbito de la generación, ¿qué otras fuentes de energía renovable tienen más peso en vuestro volumen de negocio?

En el ámbito de la generación estamos estudiando diferentes proyectos, tanto de tecnología fotovoltaica como eólica, que nos permitan ampliar nuestra cartera de activos. Sin embargo, hasta el momento no hemos podido materializar ninguno. Esperamos que a medio plazo alguno de estos proyectos pueda ejecutarse y, de este modo, incrementar el parque de generación de PEUSA.

La empresa continúa con el negocio de distribución y se mantiene como una de las entidades clave en el territorio, con 12.500 puntos de suministro. ¿Cuáles son los objetivos en este ámbito a corto y medio plazo?

El principal objetivo de la actividad de distribución es garantizar la seguridad y la calidad del suministro eléctrico, a la vez que la implementación y gestión de las infraestructuras de la red se integren de forma positiva en el territorio que ocupan.

La transformación del sistema eléctrico que implica la transición ecológica, con el fomento de la generación distribuida, la movilidad eléctrica y las diferentes formas de acceso y gestión de la energía a partir del autoconsumo, requiere que la red de distribución se adapte para dar cabida a la nueva realidad. En este sentido, será necesario incorporar nuevas tecnologías que permitan gestionar activamente la red y, al mismo tiempo, reforzar las instalaciones existentes para facilitar el acceso a los nuevos recursos energéticos.

¿Qué retos ves en la distribución de energía en el territorio para los próximos años?

La actividad de distribución eléctrica es el pilar central del nuevo modelo energético que impulsa la transición ecológica, que pretende sustituir los combustibles fósiles por generación eléctrica renovable. El desarrollo del modelo ha creado el concepto de “electrificar la economía”, como resultado de la necesidad de eliminar las emisiones contaminantes provenientes de los combustibles fósiles, haciendo posible así la lucha contra el cambio climático.

En la práctica, esto significa que la mayoría de los consumos energéticos pasarán a ser eléctricos. Por esta razón, la red de distribución se convierte en el elemento clave del nuevo modelo, ya que es la infraestructura que facilita el suministro a los puntos de consumo. Será necesario realizar importantes inversiones para dotar a la red de la capacidad suficiente para responder a los nuevos requisitos.

Por otro lado, es importante considerar que la actividad de distribución es una actividad regulada, cuya retribución depende de las políticas y directrices económicas del Ministerio para la Transición Ecológica y de su aplicación por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Desde el sector de la distribución confiamos en que las políticas aplicadas sean las adecuadas para afrontar las inversiones de forma segura y con la garantía normativa correspondiente.

El aumento del autoconsumo y el auge de la figura del prosumidor están cambiando el paradigma de las comercializadoras. ¿Cómo se está adaptando PEUSA?

Como hemos dicho al inicio, el principal objetivo de nuestra actividad es prestar un servicio de calidad a nuestros clientes. Desde esta perspectiva, entendemos la transformación del consumidor en “prosumidor” como un cambio real de paradigma que nos obliga a evolucionar el tipo de servicio. El consumidor pasa a ser un agente activo que tiene acceso directo a la energía mediante el autoconsumo y puede gestionarla activamente a través de sistemas de almacenamiento inteligente.

Desde hace más de seis años hemos añadido a nuestra cartera de servicios el diseño e instalación de sistemas de autoconsumo fotovoltaico y gestión activa de la energía, ajustados a las necesidades de cada cliente. Este servicio lo complementamos con tarifas eléctricas que valoran los posibles excedentes del autoconsumo, permitiendo compensarlos en diferentes contratos del consumidor.

Recientemente, PEUSA ha firmado un acuerdo de colaboración con una instaladora de la zona para ofrecer servicios de eficiencia energética.

Para consolidar el modelo de nuevos servicios energéticos, recientemente PEUSA ha llegado a un acuerdo de integración con una empresa instaladora de la comarca del Alt Urgell, que cuenta con amplia experiencia y conocimientos en instalaciones de autoconsumo, climatización, aerotermia y eficiencia energética. Este acuerdo nos permite iniciar una nueva etapa, en la que podremos satisfacer las necesidades energéticas de nuestros clientes mediante soluciones eficientes.

Para dar fuerza a esta nueva etapa, durante el mes de enero presentaremos una nueva imagen de PEUSA que estará acompañada de un lema con el que queremos manifestar nuestro compromiso con el bienestar de las personas.

¿Qué importancia tiene la innovación tecnológica en el desarrollo de nuevos servicios y en la mejora de vuestra actividad?

Como empresa de servicios energéticos, entendemos la innovación tecnológica como una necesidad vital para nuestra actividad. Actualmente participamos en un consorcio de empresas de diferentes países europeos en el que, de forma conjunta, estamos trabajando en el diseño de un sistema de gestión activa de la demanda, que vincula los excedentes de diferentes instalaciones de autoconsumo fotovoltaico colectivo y la gestión de un sistema de almacenamiento eléctrico conectado a la red de distribución de baja tensión.

En este caso, el desarrollo se aplica en el ámbito de los servicios a nuestros clientes. Sin embargo, estamos analizando diferentes opciones para desarrollar nuevas tecnologías dedicadas a la digitalización de la red eléctrica y la gestión de la generación renovable conectada.

¿Qué tecnologías consideráis clave para el futuro de PEUSA?

Consideramos muy importantes los avances que se están realizando en el campo de la inteligencia artificial, y estamos muy atentos a las soluciones que puedan desarrollarse aplicando esta tecnología. En nuestro ámbito, la evolución del sector nos impulsa hacia la gestión de la red en tiempo real de forma automatizada, lo que implicará el análisis de un gran volumen de datos que requerirá herramientas de gestión avanzada.

Dicha evolución no será posible sin una infraestructura de telecomunicaciones sólida y eficaz, con tiempos de respuesta equivalentes a la gestión de sistemas en tiempo real. Las nuevas tecnologías que se desarrollen en el sector de las telecomunicaciones serán clave para nuestra actividad.

Por otro lado, no podemos olvidar la gran importancia de todos los elementos relacionados con la ciberseguridad. La protección de los sistemas es fundamental para garantizar el suministro y la privacidad de los datos que gestionamos. Por ello, la tecnología vinculada a la seguridad y protección de las infraestructuras de información y telecomunicaciones es esencial y prioritaria.

Otra de las áreas de vuestra cartera de servicios es la movilidad eléctrica, con una amplia red de puntos de recarga. ¿Qué valoración hacéis desde su puesta en marcha y cuáles son los retos a corto plazo?

El primer punto de recarga para vehículos eléctricos lo pusimos en funcionamiento en verano de 2016. Han pasado más de ocho años y, lamentablemente, no podemos decir que la movilidad eléctrica en nuestra zona sea una realidad evidente. El sector identifica diversos factores que dificultan el desarrollo del coche eléctrico, principalmente el coste del vehículo y una red limitada de puntos de recarga en la vía pública.

Desde PEUSA mantenemos nuestro compromiso con el desarrollo de la movilidad sostenible; lo consideramos uno de los elementos clave en el objetivo de descarbonización y reducción de emisiones contaminantes. Sin embargo, creemos que sería muy positivo que desde la administración pública se impulsaran acciones ambiciosas, mediante ayudas económicas que faciliten el acceso al vehículo eléctrico y el desarrollo de infraestructuras de recarga.

En el ámbito de la sostenibilidad, participasteis en el proyecto de Estrategias de Valor Compartido impulsado por el CEEC y ACCIÓ, un plan para incorporar la sostenibilidad en los órganos de decisión de la empresa. ¿Qué valoración hacéis?

Hacemos una valoración muy positiva del trabajo que realizamos en el proyecto de estrategias de valor compartido. Para nosotros supuso la elaboración de un plan de trabajo que nos permitirá avanzar en el modelo de gestión de la empresa, teniendo en cuenta criterios de sostenibilidad desde todas las perspectivas empresariales y sociales.

¿Qué medidas concretas habéis adoptado para minimizar el impacto medioambiental de vuestra actividad?

Somos conscientes de que nuestra actividad genera un impacto en el territorio a través de las infraestructuras de generación y distribución de energía eléctrica que implementamos y gestionamos. Por ello, somos muy cuidadosos en su construcción y mantenimiento, para que su integración sea la mejor posible, afectando lo mínimo a los espacios naturales y a las actividades de las personas.

En concreto, tenemos un plan de mejora del aislamiento de las líneas aéreas de media tensión, para la protección de las aves, que contempla la reforma de tramos de líneas situados en zonas donde podemos prever incidentes.

¿Qué papel tiene actualmente PEUSA en la generación de empleo en el territorio?

La actividad de PEUSA genera empleo estable y de calidad, en un entorno de trabajo tecnológico que procura el desarrollo personal y profesional de las personas trabajadoras. Actualmente, el grupo PEUSA está formado por 70 personas.

¿Qué peso específico quiere tener PEUSA en el territorio en los próximos años?

El propósito de PEUSA es consolidarse como la empresa de referencia en servicios energéticos en la zona del Pirineo catalán, diferenciándose con un servicio de calidad que genere un impacto positivo para las personas y el territorio.