Este año Factorenergia celebra su 25 aniversario y lo hace en pleno proceso de expansión en América Latina y Europa del Este. En una entrevista concedida al clúster, su CEO, Emili Rousaud, repasa los inicios de la comercializadora, haciendo referencia a los contratiempos que tuvo que sortear desde el comienzo, y analiza su evolución hasta el momento actual. También habla de la actualidad del sector, del estado del despliegue de renovables en Cataluña y de algunos de los retos que están por llegar.
25 años de Factorenergia. ¿Esperabais llegar tan lejos?
Cuando ponemos en marcha el proyecto, lo hacemos con mucha ilusión y con la esperanza de llegar a tener un proyecto serio y consolidado, pero en esa época, cuando tenía 33 años, imaginar que después de 25 años estaríamos celebrando el cumpleaños de la compañía... Teníamos la ilusión de que tuviera un gran recorrido, pero que llegase a ser tan grande, no lo esperábamos.
Tuvisteis que superar algunas trabas al principio.
Cuando se hace la ley de liberalización del sector eléctrico, es una ley que estaba pensada para que las propias eléctricas del oligopolio pidieran las licencias. También dejaron la puerta abierta a que empresas de otros países llegaran aquí, pudieran obtener licencia y comercializar. Había tres requerimientos principales: el legal, tener una sociedad correctamente constituida, el económico, y el técnico, que pasaba por demostrar que tenías experiencia previa.
Y en ese momento no teníais mucha experiencia...
Bien demostrar que tenías experiencia previa en un sector que apenas existía era casi surrealista. Y aquí fuimos hábiles porque, a través de una persona de confianza, entramos en contacto con el Ayuntamiento de Montoliu de Lleida. Este ayuntamiento tenía una distribuidora eléctrica y preparé un contrato por el que nos pasaban a dar soporte técnico. Y cuando pedimos la licencia, llevé todo el papeleo, y de acuerdo con ese contrato pudimos cumplir el requisito de la experiencia previa del sector. Una vez obtenida la licencia, fuimos pioneros, y tuvimos mucha repercusión en medios. Tanto El Periódico como La Vanguardia nos dedicaron una página entera. El Periódico por ejemplo tituló “Extraños en el paraíso de las eléctricas”.
25 años después, Factorenergia está plenamente consolidada y en pleno proceso de expansión a otros países.
La internacionalización llega en un momento en el que podemos poner en valor toda nuestra experiencia y nuestro know-how en otros mercados. Buscamos, sobre todo, mercados que estén iniciando su liberalización y esto lo hemos detectado en América Latina, en países como México, Colombia, Chile... y el otro gran mercado serían los países de Europa del Este dentro de la Unión Europea por la propia de transposición de las directivas europeas. Aquí tenemos la barrera del idioma, pero es un problema que, por ejemplo, en Bulgaria estamos resolviendo satisfactoriamente y además aprendiendo cómo hacerlo, lo que nos va bien cuando asumimos otros retos en nuevos mercados.
Y recientemente ha trascendido que tenéis intención de salir a bolsa.
Al final, la bolsa es una solución interesante para una empresa como nosotros que está en un proceso de expansión porque te permite captar recursos que son capital propio y no debes endeudarte. Es un planteamiento muy interesante, pero de momento lo hemos dejado. Hicimos todo el proceso en 2021 para salir, llegó el verano y decidimos aplazarlo. Nos encontramos todo este contexto geopolítico que incrementó muchísimo el precio de las materias primas, especialmente el gas, se disparó el precio de la luz, y lo pospusimos, y ahora lo tenemos en un cajón. Nos gustaría en un futuro, pero no tenemos una presión temporal para hacerlo, y buscaremos el momento adecuado para volver a ponerlo en marcha.
Hemos pasado de la figura del abonado a la del prosumidor. ¿Qué ha supuesto este cambio de paradigma para el sector y, en concreto, para las comercializadoras?
Para nosotros ha sido un cambio radical. Actualmente, tenemos unos 15.000 prosumers, que son clientes nuestros, y desde Factorenergia, a los clientes que tienen interés en realizar una instalación de autoconsumo en casa, les proporcionamos proyectos llave en mano, aunque no somos una instaladora. No lo hacemos por eso, sino porque creemos que, siendo España el Estado de la Unión Europea que tiene más horas de radicación solar, no queremos que esta gran oportunidad quede enmascarada por otras circunstancias.
Ahora, sin embargo, nos encontramos en un momento de caída de la inversión.
Sí, ahora el mercado se ha enfriado bastante, pero no somos conscientes en absoluto de que una vez realizada esta inversión el precio de la energía es cero. Hay quien dice que se ha enfriado porque en horas solares la energía es más barata... pero eso es fantástico porque es cuando las personas hacemos casi todo. El problema sería si nuestro sistema de generación energética funcionase de madrugada... ¡Eso sería un drama! Y tenerlo en horas solares es una gran oportunidad. En estos momentos el mercado se ha quedado detenido por la deflación de los precios de la energía, sobre todo por el impacto que tuvo la guerra de Ucrania, pero hemos vuelto a unos precios que ya teníamos antes y entonces hacíamos instalaciones solares. Pero ahora este mantra se está instalando y yo creo que es un mantra que debe romperse. Y también creemos que, a medida que los sistemas de almacenamiento con baterías, vayan aumentando capacidad y bajando los precios, ya no dependeremos tanto de producir, puesto que tendremos almacenamiento.
¿Qué papel crees que reservará la transición energética a las comercializadoras, en un momento de incremento del autoconsumo y de mayor independencia del consumidor respecto a la figura de la comercializadora?
Nuestra visión es que España en pocos años tendrá una energía muy abundante y muy económica. ¿Cuál será el futuro de las comercializadoras cuando el precio de tu producto va a la baja? Debemos cambiar el concepto, debemos pasar de ser vendedores de energía a proveedores de servicios. Ahora estamos muy implicados en el ámbito de las comunidades energéticas, especialmente con comunidades solares. Por ejemplo, hemos desarrollado con la empresa Blockchain Digital Energy un dispositivo que te dice en tiempo real la producción de la planta, qué cantidad de energía estás consumiendo, qué tipo de energía consumes y, con una capa de IA, saber qué electrodomésticos están funcionando por ejemplo, ayudando de este modo al consumidor a tomar medidas de ahorro. Es decir, nuestra función futura debe estar muy centrada en ayudar al consumidor a realizar un uso responsable de la energía y en estos momentos nuestra responsabilidad es proporcionar servicios muy orientados a mejorar la eficiencia.
El papel de la eficiencia energética es crucial.
Más allá del consumidor doméstico, nosotros tenemos un mercado que son las pymes y donde llevamos años promoviendo la eficiencia energética desde muchos puntos de vista. Existe una unión muy clara entre lo que es la eficiencia y las energías limpias cuando hablamos de transición energética. Lo primero que debemos hacer es ser muy eficientes y después la energía debe provenir de fuentes renovables. Y aquí es hacia dónde va Factorenergia, de empresa suministradora a prestadora de servicios.
Habéis comenzado a trabajar con Blockchain en comunidades solares. ¿Cuál es el factor diferencial de esta tecnología en la gestión de la energía?
Tiene tres aspectos fundamentales para mí. Lo primero es que te permite disponer de datos en tiempo real que no vienen de tu contador. Pasas a tener datos de un dispositivo que te está realizando la medida con la misma precisión. Además, como consumidor tengo un sistema que me permite ver qué energía estoy consumiendo individualmente o en el seno de una comunidad energética. El segundo elemento es que incorporar la IA aporta gestión eficiente de los recursos de forma automatizada. Intentamos ser eficientes minimizando el consumo, pero también que este consumo se realice en las horas en las que la energía en la red es más económica. Por tanto, unimos las dos cosas. Este sistema, por ejemplo, permitiría la agregación de demanda y la gestión unificada de demanda. Y el tercer elemento es que el dato no se puede modificar, está encriptado; por tanto, nadie puede manipular el dato de consumo o lo que está generando la instalación compartida. Algo que genera mucha confianza.
Abriendo el foco, ¿cuál crees que ha sido el cambio más significativo que ha llevado a la digitalización al sector energético en los últimos años?
La digitalización tiene dos vertientes muy importantes. En primer lugar, es un elemento que lleva mucha sostenibilidad y, después, es una fuente inmensa de eficiencia. Nosotros creemos que la IA se encuentra en un momento muy inicial, pero la digitalización nos aporta mucho. Por ejemplo, debido a la transposición de una directiva europea, ahora las empresas estaremos obligadas a compensar la huella de carbono. Y creo que la digitalización es un camino para mejorar, cuando ya has hecho la parte física obvia.
¿Qué proyectos de innovación de Factorenergia destacarías en estos momentos?
Estamos trabajando mucho en utilizar la IA para poder ayudar a los clientes a tomar decisiones que les ayuden a ahorrar energía. La inteligencia artificial permite gestionar un montón de datos en tiempo real (lectura de contadores, tener acceso a planes de producción, etc.) y esto debe permitirnos dar un mejor servicio y fidelizar al cliente.
¿Cuál es la visión de Factorenergia a largo plazo en el sector energético, especialmente con el avance hacia las energías renovables?
Veo un sector en el que tendremos una energía abundante y barata, pero me está preocupando mucho de que con esta oportunidad se hable de instalar muchos centros de procesamiento de datos (CPD) y tener grandes consumidores aquí, ya que esto creo que va a generar pocos puestos de trabajo... Este tipo de inversiones no generarán un negocio local porque estos CPD están sirviendo a las grandes empresas tecnológicas y estas facturan desde sus países y aquí no queda nada... Me preocupa mucho que nuestra capacidad de una producción de energía renovable, una energía abundante y barata, no se utilice para la reindustrialización del país y generar puestos de trabajo y riqueza.
Según el Observatorio de Renovables de Cataluña (OBERCat), Cataluña sigue dependiendo de la nuclear y aumentando las importaciones de la electricidad del exterior. ¿Qué crees que hay que hacer para acelerar la transición energética?
En Cataluña tenemos un problema electrotécnico muy grande. En España pueden cerrar ya las centrales nucleares y no pasaría nada, dado el desarrollo de renovables que se ha hecho. Pero en Cataluña no podemos permitírnoslo. No se ha realizado un despliegue de renovables. Hacer proyectos en Cataluña tiene una complejidad inmensa; estamos instalados en la cultura del no. La empresa que hizo el desarrollo de renovables en Aragón vino con una propuesta a Cataluña para conectarnos, pero el Parlament dijo que no. Pero no puedes decir no y no hacer nada, y eso me preocupa. A mí no me parecía mal esa posibilidad: que la energía renovable venga de Aragón. Allí no tienen tanta demanda y aquí sí, y tendríamos una energía razonablemente económica. Pero el Parlamento decidió no renovables.
¿Qué problemas os encontráis en el día a día para impulsar vuestros proyectos?
Nosotros estamos promoviendo instalaciones de renovables aquí en Cataluña y nos encontramos con una dificultad inmensa para conseguir los permisos y salir adelante. Hay plataformas en el territorio que se niegan a realizar ninguna actuación, incluso en el caso de instalaciones pequeñas, y parece que ahora todo el mundo piense en hacer parques eólicos offshore en el Golf de Roses... Que está bien, pero el coste de inversión es más alto y la energía no será tan barata...
El nuevo Gobierno tendrá que tomar decisiones importantes en este sentido...
Creo que Cataluña debe tener muy claro el modelo que quiere y espero que el nuevo gobierno lo enfoque de esta forma. Debemos tener claro si queremos un modelo de autosuficiencia energética y por eso habrá que sacar provecho de todo el recurso renovable que tenemos. Si seguimos diciendo que queremos renovables, pero después es casi imposible desarrollar proyectos aquí... Factorenergia tiene más proyectos aprobados afuera que en Cataluña, aquí nos cuesta muchísimo, y eso ocurre incluso con proyectos por debajo de los 5 MW.
¿Qué crees que se está haciendo mal en el diálogo con el territorio?
Te pondré un ejemplo muy concreto: nosotros hemos hecho una instalación de placas en comunidad de vecinos, 280 casas unifamiliares, y había un grupo de vecinos minoritario que se oponía a ello. No querían porque decían que la casa no iba a quedar bien con las placas. Pero lo peor es que uno de los vecinos negó el cambio climático. La mayoría de los vecinos sí quiere hacerlo. Quiere tener una energía renovable, cercana al territorio. Pero hay una serie de agentes que son muy dinámicos, quizás financiados por alguien, que están poniendo trabas y me preocupa que nos frenen todo esto, gente que quizás tiene unos intereses muy particulares. Por su parte, la administración, si alguien se queja, prefiere que el proyecto no salga adelante... En este caso lo resolvimos tramitando las ayudas y llegó un momento en que lo firmaban o perdían estas ayudas.
¿Cuáles son los retos más importantes que tenéis en adelante?
El gran reto por parte de las comercializadoras es seguir impulsando la transición energética, desmontando los mantras que se están instalando, de los que dicen que ya no sale a cuenta ponerse placas en casa, y que no son ciertos. Evidentemente, hay intereses que hacen que estos mantras progresen. Recuerdo hace unos años que se decía que la energía renovable era muy cara y eso ya no es así. En aquellos momentos necesitabas subsidios y ahora prácticamente nada... y esos mantras no se generan de forma espontánea, sino porque alguien ha querido. Es necesario seguir con este camino de la transición energética, no podemos despistarnos, y sobre todo nosotros que tenemos los recursos renovables en casa. Y por último, desde Factorenergia, el objetivo es seguir nuestro camino de crecimiento y nuestro reto de internacionalización que nos está permitiendo ir a otros mercados y poner el conocimiento y experiencia que hemos desarrollado.