A escala mundial, la aviación emitió 915 millones de toneladas de CO₂ en 2019. Globalmente, la acción humana es responsable de 43.000 millones de toneladas de CO₂, y la industria de la aviación global es responsable de aproximadamente el 2,1% de todas las emisiones de CO₂ antropogénicas. La aviación es responsable del 12% de las emisiones de CO₂ provenientes del transporte, en comparación con el 74% del transporte por carretera, según explicó Alfonso Gotor, gerente de Aviación Comercial de Repsol, durante la jornada sobre Transporte Aéreo en el marco del ciclo sobre Reforma del Mercado de CO₂ en el sector transporte, organizada por la Comisión de Cambio Climático y Economía Circular de Ingenieros Industriales de Cataluña.

En este contexto, el SAF (Sustainable Aviation Fuel) o combustible de aviación sostenible, es la principal herramienta para descarbonizar el sector a corto y mediano plazo. La normativa europea actual se rige por el programa Refuel Aviation EU, que obliga al uso de un 2% de SAF a partir de 2025 por parte de productores, aeropuertos y aerolíneas. Hoy en día, el mercado todavía es voluntario, pero ya hay algunos vuelos que operan con SAF.

Algunas aerolíneas ya permiten a los clientes comprar SAF y, además, al ser una tecnología "drop-in", no es necesario hacer ninguna modificación a las aeronaves ni a los aeropuertos para su uso. En el contexto regulador europeo, el SAF es la principal herramienta para la descarbonización. Los objetivos del programa ReFuel EU 2023, aprobado por el Parlamento Europeo, establecen un porcentaje mínimo de combustible del 20% para 2035 y del 70% para 2050.

Existen tres formas de producción de combustible renovable SAF: el coprocesado, con ruta HEFA y los e-fuels. En el caso del coprocesado, se añade materia prima renovable al crudo, se mezcla y se refina. En este proceso, solo se puede añadir un 5% como límite para no alterar sus propiedades. Por otro lado, el SAF con ruta HEFA (Hydroprocessed Esters and Fatty Acids) es un tipo de SAF producido mediante la hidrotratación de ésteres y ácidos grasos. Este proceso convierte aceites vegetales, grasas animales y otros lípidos en combustible de aviación sostenible. En 2024, Repsol ha inaugurado una planta en Cartagena con una capacidad de suministro de 250.000 toneladas anuales de combustible renovable, lo que permitirá ahorrar unas 900.000 toneladas de CO₂ al año.

También están los e-fuels, los cuales utilizan como materias primas el CO₂ capturado de la atmósfera y el hidrógeno obtenido mediante electrólisis, produciendo un combustible renovable sintético. Repsol tiene prevista la construcción de una planta en Petronor, Bilbao. También hay que tener en cuenta que la materia prima para la obtención de combustibles renovables proviene del aceite de cocina y de residuos de la industria alimentaria no comestible.

Dentro del marco europeo "Fit for 55", se ha establecido el reglamento sobre la infraestructura para los combustibles alternativos. El objetivo de este es garantizar una infraestructura suficiente para la recarga o abastecimiento de vehículos de turismo, camiones, barcos y aviones con combustibles alternativos, como el hidrógeno o el metano licuado, en toda la Unión Europea, con una cobertura lo suficientemente amplia para evitar el temor a la falta de autonomía, según explicó en la jornada Jordi Candela, director de Aeropuertos de Cataluña.

En este contexto, se prevé asegurar un suministro de electricidad para todas las posiciones de aeronaves situadas cerca de la terminal para 2025 y para todas las posiciones de estacionamiento de aeronaves para 2030. Según el reglamento, están exentos los lugares de estacionamiento de los aeropuertos que operen menos de 10.000 vuelos al año.

El ejemplo de DHLAproximadamente el 90% de la huella de carbono de DHL proviene de su red aérea, según explicó Miguel del Río, director de Operaciones de DHL Hubs & Gateways en España. Por este motivo, el SAF se ha convertido en una herramienta clave para reducir las emisiones de carbono de la empresa. Del Río presentó el programa de optimización de combustible que DHL está impulsando con el objetivo de disminuir el consumo de combustible mediante diversas medidas de eficiencia, como la optimización en las operaciones de despegue y aterrizaje, así como la gestión de la carga útil y del centro de gravedad.

A escala europea, la flota de GSE (Ground Support Equipment), equipos de apoyo en tierra, de DHL cuenta con unas 5.500 unidades, de las cuales 900 están motorizadas. Actualmente, la empresa está en proceso de electrificar estos activos motorizados, con un objetivo de electrificación del 80% para 2030. Hasta ahora han logrado electrificar el 26%, unas 232 unidades. El director también afirmó que la estrategia de sostenibilidad de DHL se basa en "impulsar la innovación y las infraestructuras sostenibles".

Además, DHL apoya el desarrollo de aviones eléctricos y ha encargado hasta 12 aviones de carga totalmente eléctricos, con entregas previstas a partir de 2027. Esta iniciativa forma parte de la estrategia para minimizar el uso de combustibles fósiles y adaptarse a las normativas de sostenibilidad en Europa. En este sentido, más del 90% de la electricidad de los edificios de DHL ya proviene de fuentes renovables.

Este es un contenido de los Fulls d'Enginyeria ofrecido por el Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña. Puedes suscribirte al boletín de noticias del EIC aquí.